En este período se dio la paradoja de que las mujeres de etnia han -el 90 % de la población- que no formaban parte de la élite podían llevar prendas no manchúes, por lo que las esposas e hijas de ricos mercaderes podían llegar a vestir más lujosamente que las damas de la Ciudad Prohibida. De hecho, solo han conseguido dejar la portería a cero contra Valladolid y Athletic, en las únicas dos victorias catalanas.