Hubo enfrentamientos en el consejo con Llorente por este motivo y la imagen del presidente resultó muy dañada, tanto por el finiquito de Pellegrino como por destituir al entrenador que él mismo contrató, sin plantearse dimitir. La experiencia del entrenador en vestuarios con muchas nacionalidades (como el de Olympiacos FC) le hizo empezar con muy buen pie y el equipo consiguió encadenar victorias que lo llevaron a alcanzar el 5º puesto.