A&F trabajó duro para demostrar que practicaban la igualdad en todos sus puestos, lo que llevó a que algunas personas dentro de la compañían se quejaran de que las personas pertenecientes a minorías se promocionaban sobre los blancos, para mantener una imagen pública positiva. El octavo piso estaba dedicado únicamente a la pesca, el camping y la navegación, e incluía un escritorio que pertenecía a un instructor de «cebo y mosca» que daba lecciones en una piscina.