La filosofía y el estilo de juego del Dortmund, al margen de los resultados, le han valido para convertirse en uno de los equipos más admirados del viejo continente. Siendo la Final más épica y pareja de todos los tiempos según los expertos gracias a que ambos equipos se anularon entre sí y por su atractivo juego ofensivo que produjo un 3-3 en el partido de ida y un 2-2 en el juego de vuelta, proclamándose la final del siglo XX.