Laudrup era uno de los pilares indiscutibles del equipo y uno de los tres jugadores extranjeros de aquel equipo denominado como el «Dream Team», en alusión al afamado equipo de Estados Unidos de las Olimpiadas de 1992. La llegada de un cuarto extranjero en el once titular -circunstancia no permitida en el fútbol español- complicó su situación llevándole a ser un habitual del banquillo y principal damnificado futbolísticamente, camiseta del real madrid deteriorando notablemente su relación tanto con el entrenador como con el club propiciando su salida de la entidad en el verano de 1994 tras la decisión del entrenador Cruyff de no renovarle el contrato ya que no entraría en los planes de la nueva temporada.